jueves, 19 de mayo de 2011

Primavera Árabe, Descolonización

La descolonización de los pueblos árabes
Después de 1918 en los países árabes del Próximo Oriente, surgen en esos pueblos los movimientos de resistencia nacionalista y da comienzo el proceso de descolonización.Transjordania consiguió en 1928 una independencia limitada mediante un tratado con Gran Bretaña e Irak se convirtió en Estado independiente en 1930. Palestina quedó bajo administración directa de los ingleses . Siria como Líbano obtuvieron durante este periodo una autonomía controlada; en la península Arábiga se constituyó en 1932 el reino unificado y feudal de Arabia Saudita, después de algunos conflictos entre distintos grupos étnicos. Por último, en 1934 se organizó también Yemen como reino independiente.
Al término de la Segunda Guerra Mundial crecen en número las independencias de los países árabes.
Siria y Líbano obtuvieron su independencia en 1946, y también Transjordania que se convierte en el reino de Jordania. En el territorio de Palestina, surge un conflicto al ponerse en práctica la repartición territorial acordada por la ONU en 1947 y al crearse el año siguiente el Estado de Israel. Este hecho provoca de manera inmediata una guerra entre estos dos pueblos (1948-1949) con fuertes enfrentamientos bélicos en 1956, 1967 y 1973, se impuso la superioridad militar de los israelitas que, como resultado de sus victorias obtuvieron territorios adicionales a los que tenían al establecerse el Estado de Israel. Como resultado, aumentó la resistencia de los pueblos árabes y en 1964 establecen en Jerusalén la Organización para la Liberación de Palestina (OLP).
La descolonización de los pueblos árabes estuvo caracterizada por las revoluciones iniciadas a partir de 1952, cuando el movimiento encabezado en Egipto por Gamal Abdel Nasser proclamó la república. Las revoluciones árabes permitieron nuevas repúblicas: Sudán en 1955, Irak en 1958, Yemen del Norte en 1962 y ese mismo año Argelia al obtener su independencia; Libia fue proclamada república en 1969.
Todas estas revoluciones de los pueblos árabes por su independecia no se han quedado en el pasado, en la actualidad muchos pueblos árabes luchan por su libertad, por vivir en un estado democrático. Esto es lo que ha ocurrido en la llamada PRIMAVERA ÁRABE.
La primavera árabe ha costado ya mucha sangre. Y todo apunta a que este es solo el principio de un proceso largo y violento. Libia sufre una guerra civil que la intervención extranjera no ha decantado hacia los rebeldes; Siria permanece encallada en un círculo de protestas y represión y corre el riesgo de una implosión sectaria de tipo libanés; Bahréin ha sido tomada por tropas saudíes; Yemen se hunde en el caos. Incluso Egipto, cuya revolución resultó relativamente modélica, padece convulsiones sociales y económicas de consecuencias imprevisibles.
De todas estas revoluciones también se contagian los jóvenes de nuestro país.
Miles de jóvenes se concentraron ayer en Madrid, por cuarto día consecutivo, desafiando una prohibición de la junta electoral y prometieron quedarse en las calles hasta las regionales del domingo, en una acción que reclama cambios sociales. La manifestación comenzó el domingo -a una semana de las municipales y regionales- en Madrid y varias ciudades de España para reclamar cambios sociales y políticos y denunciar la alta tasa de desempleo juvenil en España.
La convocatoria, al igual que la de la "Primavera árabe" que está obligando a ejercer cambios históricos en varios países de Medio Oriente y el norte de África, se hizo a través de redes sociales en Internet.


Las mujeres también participan en la revolución.
Las mujeres árabes asumieron claros roles de liderazgo en los levantamientos populares de Bahrein, Egipto, Libia, Marruecos, Túnez y Yemen, contrariamente al viejo mito occidental de que se encuentran indefensas y esclavizadas.

En mi opinión esta bien que la gente luche por mejorar su situación política, económica y social, por tener unos derechos y buscar el desarrollo en cualquier lugar del mundo, no solo en los países menos desarrollados.


Sandra Murillo

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