martes, 15 de marzo de 2011

La Gran Guerra a escala humana


El historiador y académico sueco Peter Englund construye un ambicioso fresco sobre la contienda a partir de la investigación minuciosa de 20 personajes reales.



Peter Englund nos cuenta la Gran Guerra, desde dentro. Como vivencia personal. Nunca fue tan próxima, tan íntima y a la vez tan terrible la experiencia bélica de ese conflicto, con todos sus cañones, su sufrimiento atroz y sus múltiples ejércitos y escenarios. Jamás contó nadie la I Guerra Mundial como la cuenta él, en La belleza y el dolor de la batalla (Roca editorial, 2011).



Lo hace, magistralmente, a través de veinte personas absolutamente reales, de carne y hueso, que vivieron la guerra -todos en el frente menos una colegiala alemana y un funcionario francés; que nos la cuentan con la empatía de las trincheras, alternándose en sus relatos.

 

                                  
    Artillero del ejército británico. Neozelandés. 28 años. Estaba destinado a la India cuando fue llamado para las operaciones británicas en el golfo Pérsico. Las fotografías muestran a un hombre seguro de sí mismo y una mirada intensa.-
 Colegiala alemana. 18 años. El libro de Peter Englund comienza con la historia de esta chica de la localidad germana de Schneidemühl, que es testigo de la partida del 149º Regimiento de Infantería hacia el frente occidental y trabaja ayudando en labores de intendencia.-

 Enfermera del ejército ruso. Inglesa. 27 años. Se encontraba en Rusia desde 1908, donde trabajaba como institutriz para un famoso cardiólogo de Moscú. Se apunta como voluntaria para luchar contra los alemanes, el enemigo común de su patria y su lugar de residencia.-
 
 Artillero alemán. 20 años. De familia burguesa y de origen judío, cumple con su sueño de ser soldado y se presenta voluntario para el 63º Regimiento. Hay 1500 solicitudes para servir en ese regimiento. Solo cogen a 200, siendo uno de ellos Sulzbach.-
 
 Soldado del ejército alemán. Danés. 23 años. Uno de los soldados a los que la guerra ni le va ni le viene. Desde su trinchera será testigo de la caída del as Max Immelmann. (En la foto, a la izquierda).-


 Conductora de ambulancias del ejército serbio. Australiana. 28 años. Hija de un próspero hombre de negocios y deseosa de aventuras, se apunta a la contienda en el único lugar donde admiten mujeres: la asistencia sanitaria.-
 
 Oficial de caballería del ejército otomano. Venezolano. 35 años. Aventurero universal, es un veterano de la guerra de Cuba, la guerra civil venezolana y la guerra ruso-japonesa de 1904. Buscador de oro en California y cowboy en Arizona. Es testigo de una matanza de armenios con gas clorado.-
 
Enfermera del ejército ruso. 21 años. Al igual que Rafael de Nogales, es también testigo de la matanza de armenios con gas clorado. Ve cómo huyen hacia ella centenares de soldados totalmente ciegos y vomitando.- 

El libro, de lectura apasionante, se estructura en pequeñas entradas cronológicas de entre una y tres páginas, 277 fragmentos en total a través de los que seguimos las grandes líneas del conflicto y, paso a paso, las vicisitudes de los personajes, cuatro de sexo femenino. Sufrimos con ellos, compartimos los tremendos sucesos en que se ven envueltos, sus estados de ánimo, sus expectativas, sus miedos, su dolor, vemos a través de sus ojos la devastación y el espanto (¡tantos cadáveres, hervideros de moscas y gusanos!) y atravesamos la guerra para emerger en la súbita y asolada paz de 1918 profundamente conmovidos.

Englund recalca que se trata de "una obra de historia, un libro sobre gente real confeccionado con el material que dejaron, cartas, diarios, memorias; no he inventado nada". Lo que ha hecho, dice, "es aprovechar todo lo que suele quedar aparte en la gran historia global, los sentimientos individuales, incluso los sueños, cosas que están en las fuentes pero que suelen ser descartadas o aprovechadas en una mínima parte por los historiadores".   

Destaca las escenas más tremendas, e inolvidables -recordemos además que Englund ha sido corresponsal de guerra-, el ataque con gas clorado al que asiste la enfermera rusa Sophie Bocharski -la chica ve cómo huyen hacia ella centenares de soldados ciegos babeando y vomitando -"¡una niebla nos persigue!"

Englund ha realizado un trabajo colosal, casi demiúrgico. Ha resucitado a los personajes con toda su carga de emociones para que nos cuenten de primera mano, en directo, los acontecimientos en que se vieron involucrados. 
 

Englund cierra su libro con un personaje que no aparece hasta la última página. Ese personaje, el número 21, un cabo alemán, nos anuncia que ha decidido dedicarse a la política.
Es Adolf Hitler.
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Encontrarme con esta noticia me ha impactado, saber como una persona se interesa por lo que ocurrió y lo plasma para que el resto de la gente tambien pueda interesarse y conocerlo.
La Gran Guerra fue un hecho que marcó la historia y que mejor que conocerla a través de sucesos reales. Os animo a que lo leais. Aqui os dejo el enlace de una pagina para que podais ver un breve resumen.

Rocío.

  

2 comentarios:

  1. si, ciertamente fue una guerra que marcó el mundo.. pero la pregunta es ¿Habremos aprendido algo?
    Es de suma importancia que conozcamos este tipo de testimonios para no repetir la historia, para aprender de los errores pasados...pero ¿el hombre será capaz de aprender?..A veces basta con ver 10 minutos el telediario para dar respuesta a esto.

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